Fecha: 22/08/2024
PREDICA DEL PADRE ENRIQUE DA FONSECA EN LA SANTA MISA
Queridas monitoras, queridos padres:
Este día 22 de agosto, como Iglesia celebramos a la santísima Virgen como Reina: Esta fiesta litúrgicamente fue introducida recién el año 1954 por el papa Pio XII, pero recoge como ya hemos escuchado varias veces, la tradición del Pueblo cristiano que innumerables veces y desde muy al comienzo en las primeras comunidades cristianas le asignó a la Virgen María un lugar especial, sobretodo al hacer consciente que el mismo Señor quiso regalarnos a su propia madre como nuestra madre. El reinado de María es consecuencia directa de lo que nos recuerda el Evangelio de hoy, Ella es la Madre del Hijo de Dios.
Pero nosotros también hemos querido regalar una corona a la Virgen María. En primer lugar debemos recordar que esta es una “re coronación”. La virgen en el Centro de la Providencia fue coronada por primera vez el año 1985 y este acto de Fe y de confianza se renovó 4 veces más, la última vez en septiembre de 2014. Hay toda una Historia del Centro de la Providencia con la Virgen María y de ella con cada persona que ha llegado aquí, la mayoría, en búsqueda de un encuentro verdadero y profundo con Dios.
Han pasado muchos años, ya casi 10 años de esa última coronación y tenemos absoluta consciencia de que el Dios Providente ha regalado muchísimos signos de su presencia entre nosotros, de su fidelidad, de sus gracias, de su Misericordia. Ustedes han expresado que quieren coronar a la Virgen por una inmensa gratitud .
A la vez, con el Centro de la Providencia hemos experimentado varios momentos de desvalimiento e incertidumbre, pero muchas más veces, sobretodo a través del taller del perdón, como el Espíritu Santo que nos acompaña siempre, nos ha ido acompañando y trabajando en nuestro propio corazón. Cada una de ustedes puede y normalmente da testimonio de ésto.
Hay hechos también que han redundado en un bien inmenso para todos nosotros. Haber podido mantener esta casa, sobretodo en las dificultades económicas que trajo la Pandemia, la ampliación y embellecimiento de este lugar para acoger a más y más personas, y especialmente la presencia del Santísimo Sacramento en esta capillita que es un gran regalo para cada persona que viene aquí. Ustedes han expresado también que quieren coronar a la virgen por su propia conciencia de desvalimiento y fragilidad ante la gran misión que Dios les confía.
A la vez quisieran poner en el corazón de la Virgen el deseo de que cuide el porvenir, el futuro de este lugar.
Como recordaba el P. Enrique Grez hace dos semanas, el símbolo de la corona simboliza al poder, y nosotros le reconocemos por Jesús un poder a nuestra madre especialmente en nuestros corazones y también en el propio corazón de su Hijo. Pero mucho más bonito me pareció lo que nos explicaba sobre el reconocimiento de una dignidad. Es el mismo Jesús quien le regala esa dignidad de Reina a su mamá María. Pero también nosotros le entregamos ese lugar a ella fundamentalmente por gratitud, por fidelidad a nuestra Alianza y especialmente por nuestros propio desvalimiento.
Reconocemos pues que necesitamos su intercesión, su protección y ayuda , su cobijamiento de madre, su presencia que nos inspira y nos regala hogar.
A la vez en ella nos vemos reflejados, y a través de regalar esta corona decía el P. Enrique, Dios mismo nos devuelve esa dignidad, nos regala a nosotros una corona.
Que precioso pensar que más allá de la renovación de este lindo cuadro, esa corona es un símbolo de lo que Dios realiza en nosotros: Él nos regaló la dignidad de ser sus hijos en nuestro Bautismo. Pero por las heridas y acontecimientos dolorosos de la vida, muchas veces , no sólo nos hemos alejado, sino que como el Hijo pródigo nos hemos considerado indignos del amor de Dios y de vivir en su casa. Venimos a este lugar a pedir al Señor que nos ayude a perdonar, a perdonarnos, que Él realice este milagro que nosotros no podemos, porque nuestras fuerzas muchas veces no dan o porque nuestras heridas no lo permiten. Que lindo pensar que esa corona de la Virgen también es un símbolo de esa recomposición interior, de ese nuevo renacer, de cómo nada está perdido, hemos sido encontrados como la oveja perdida y abrazados por el mismo Pastor.
La virgen coronada nos recuerda ésto en esta sala: Ella nos anima a creer en lo que su Hijo puede hacer, ella nos recuerda que Él nos regaló la dignidad de ser hijos. Ella nos recuerda con su corona, que podemos ser verdaderos instrumentos para la Misericordia de Dios a través de nuestra acción de monitoras en el taller del perdón y todas las acciones que realizamos aquí. Ella vuelve a recibir esa corona de ustedes sus hijas, porque ya es parte de esta casa y ella siempre permanece fiel.
ORACION DE CORONACION DE LA VIRGEN MARIA OFRECIDA POR LAS MONITORAS
Madre, ¡hoy te saludamos con alegría y te coronamos con fe y amor.
Queremos expresarte nuestra gratitud por estos 40 años de historia al alero de tu amparo y agradecerte toda la vida que se ha gestado en el Centro desde sus inicios. Toda la fecundidad de las tareas emprendidas, la conversión que ha surgido, la sanación que Jesús nos ha regalado a través del camino del perdón. Toda la corriente de vida y oración que se expande hacia tantos, el acogimiento que brota desde nuestra comunidad y se regala a cuantos vienen a nuestra casa. El espíritu de cenáculo que ha brotado en la comunidad de monitoras y que nos ha abierto a los soplos del Espíritu y nos ha regalado la audacia de llevar adelante tareas que nunca soñamos.
Gracias por mantenernos en fidelidad a la misión encomendada de unir la fe con la vida, ayudando a cuantos vienen aquí, a tener un encuentro íntimo y profundo con el Dios de la Vida.
Santa Madre de Dios y Madre nuestra hoy te queremos coronar como la Reina que eres
Te coronamos…
Como Reina y Madre de nuestra Fundación, de nuestra comunidad, de nuestro cenáculo, para que animes todas las actividades del centro,
Como conductora de cada taller
Como Reina de la fortaleza en nuestra fragilidad
Como Reina de la oración
Como Reina de la confianza
Como protectora y guía
Como educadora de nuestra Fe
Como Reina de la docilidad
Como Reina de la humildad
Como Reina de la Esperanza
Como Reina de la alegría
Como Reina del Amor hermoso
Como la que nos hace amar y acudir a las necesidades del otro
Como Reina intercesora para llegar a Jesús
Como Reina del acogimiento
Como Reina de los corazones heridos
Como Reina del Perdón y la misericordia
Como Reina del consuelo
Como Reina de nuestra transformación interior y de nuestra conversión
Como Reina de nuestra misión
Como Reina de lo que está por venir. Para que Tú seas quien atraigas, acojas, transformes y regales la vida en abundancia.
Queremos Coronarte también como la Reina de toda la impotencia y el desvalimiento que experimentamos frente a tantos desafíos y proyectos que el Espíritu Santo nos pone en el corazón y que nos obligan a morir a nosotros mismos.
Te coronamos …
Como Reina que vence el mal y nos libra de la tentación
Como Reina de nuestra debilidad, límites y temores
Como Reina de nuestras inseguridades y de nuestra impaciencia
Como Reina de nuestra inconstancia
Como Reina de nuestro cansancio
Como Reina que ordena nuestro tiempo
Como Reina de nuestra indignidad
Como Reina de nuestra flojera y comodidad para que mantengas vivo en nosotros el impulso evangélico de salir de nuestras propias comodidades y atrevernos a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del evangelio.
Acepta la corona y quédate con nosotros para que nunca olvidemos poner a tu disposición todos nuestros anhelos, pero siempre en dependencia de tu bondad, de tu sabiduría y de tu poder.
Deja que te coronemos como Reina de nuestro corazón y permanece en este lugar. Amén